Víctor Manuel González (in Spanish)


Date: 11/14/2005
Interviewed by Jorge J. E. Gracia
Filmed by Jorge J.E. Gracia
Transcribed by Patricia Díaz
Edited by Jorge J. E. Gracia


La entrevista se llevó a cabo en el estudio de Víctor Manuel González in Buenos Aires.

[Gracia]: “Aquí vamos a hablar con Víctor Manuel González, que es un pintor cubano que vive en Buenos Aires y salió de Cuba en 1991. Ademas de ser artista hace orfebrería, pero principalmente el trabajo artístico que hace es en óleo. Lo que queremos hacer hoy es conversar con Víctor, sobre su historia, cómo llegó a ser artista, su desarrollo, lo que está tratando de hacer, cómo le va en Buenos Aires, cuál es el futuro que ve aquí, cuales son sus fines artísticos, cómo su arte refleja su experiencia personal, cómo se siente como cubano en Argentina, y temas relacionados. Esta es una oportunidad para conversar sobre su vida y sobre su arte que estará disponible para cualquiera que pueda estar interesado en su obra. Bueno, Víctor, por qué no empezamos hablando de cómo llegaste a ser artista.

[González]: “Artista para mí es una palabra muy grande, en realidad no sé si soy un artista, me considero un hacedor de pinturas, alguien que busca la forma de expresarse mediante el arte; tampoco sé si lo que hago es arte. Mi trabajo es un vehículo que me da la posibilidad de tener conexión con el mundo. Los primeros momentos en que me puedo considerar vinculado con las artes plásticas fue siendo muy joven, muy pequeño. Mi hermana dibujaba constantemente. También había dos o tres amigos en el barrio en La Habana que también dibujaban de pequeños; ellos intercambiaban trabajos, que se mostraban entre ellos. Yo, en ese momento, era más bien un espectador; quizás eso ejerció alguna influencia en mí, no lo dudo, y fue lo que me hizo relacionarme un poco con el mundo de las artes plásticas. También, haciendo un poco de memoria, tengo una prima que es escultora, aunque creo que en estos momentos no se dedica a la escultura, pero recuerdo que, de chico, yo iba a su casa. Me encontraba con su trabajo y eso también pudo haber sido una fuente de estímulo para que yo tomase en algún momento la iniciativa, la decisión de dedicarme a esto.”

[Gracia]: “¿Fue en la escuela que comenzaste a hacer algún trabajo de pintura o dibujo, o fue algo que surgió después?”

[González]: “El antecedente no es la escuela, sino el barrio. Después, en mi época de estudiante, si bien comienzo a estudiar, tuve la oportunidad de estar en un lugar que tenía un círculo de interés artístico y recuerdo que una vez pasaron preguntando quiénes tenían algún interés relacionado con la plástica o la danza o la música, y yo que siempre me la pasaba dibujando en las libretas y demás, vi una oportunidad y me inscribí a ese círculo que estaba radicado en Ciudad Libertad. De ahí surge, a través del Ministerio de Cultura en Cuba, una escuela de arte paralela a lo que se venía haciendo ya en el Instituto Superior de Arte o en la ENA, al que se le llamó Escuela Elemental de Artes Plásticas. Recuerdo que mi profesora de artes plásticas en ese momento me plantea la posibilidad, hago un examen de presentación y comienzo a estudiar en la escuela elemental ‘20 de Octubre’ que estaba radicada en el Vedado. Después de 4 años, pasé a estudiar nuevamente con un examen de capacitación en San Alejandro, haciendo el nivel medio superior de artes plásticas, en el que definí la pintura como especialidad.

[Gracia]: “Tú saliste de Cuba en 1991, ¿qué edad tenías entonces?”

[González]: “Veintiocho años.”

[Gracia]: “Entonces, cuando llegaste ya tenías obra en Cuba.”

[González]: “Sí, había estado trabajando en un principio en una casa de cultura durante unos 4 o 5 años, después estuve trabajando en una revista como diseñador, y posteriormente estuve trabajando en el taller de serigrafía René Porto Carrero. Y fue después que vengo acá, a la Argentina.”

[Gracia]: “Esa salida de Cuba es un momento muy importante, es una decisión tremenda. Me acuerdo cuando yo lo decidí [ríe]. Es un cambio radical salir del lugar que uno conoce desde niño. ¿Qué te llevó, en primer lugar, a decidir salir? Y en segundo lugar, ¿cómo es que saliste y decidiste venir a Buenos Aires? En lugar de, por ejemplo, a España, a México, a los Estados Unidos, donde hay muchos cubanos. ¿Hay otros cubanos artistas en Buenos Aires?”

[González]: “Sí, hay cubanos acá en Buenos Aires, artistas también. ¿Cómo vine acá? En un principio creo que la Argentina es una casualidad. Podría haber sido otro lugar, no fue algo que tuve tiempo de elaborar mucho, algo que me planteé en un principio, si bien hay un momento de mi vida en que tomo la decisión de salir. Yo conocía una argentina en Cuba con la cual tuve una relación. Estuvimos viviendo juntos en Cuba después de que nos conocimos por un par de años, al final de la década de los ochenta. Para ese momento, la situación en Cuba se hacía cada vez más difícil en todos los sentidos. Y para ella, alguien que pertenecía en la Argentina a la clase media, vivir en las condiciones que yo vivía en Cuba era sumamente difícil, cosa que a mí de alguna forma me hizo tomar en parte la decisión de salir. También estaba la inquietud de conocer otros lugares, conocer otro lugar que no fuese lo que teníamos hasta ese momento, y eso fue un poco lo que me indujo a dar el paso. La salida de Cuba fue como un desgarramiento, puesto que no era algo que me había planteado desde un principio. Pero creo que también me daba la posibilidad de encontrarme conmigo mismo. Eso es lo que me hizo moverme, esa cuestión de probar un poco la capacidad de uno más allá de la contención que pueda tener uno en un contexto como el cubano.”

[Gracia]: “Y en aquella época, ¿se podía salir? ¿Pediste permiso para salir? ¿Saliste con un grupo de artistas, cómo saliste?”

[González]: “Salí con la persona con la que había establecido la relación en Cuba. En un principio, era un poco extraño que una argentina quisiese quedarse en Cuba y precisamente en un momento en que las condiciones se tornaban difíciles. Una vez que tomo la decisión de salir, hicimos toda la tramitación legal pertinente en migración y demás, que nos llevó un año, y debido a que habíamos establecido un matrimonio legal en Cuba eso de alguna forma me daba la posibilidad de salir con una residencia en el exterior por tiempo indefinido.”

[Gracia]: “Y viniste a Buenos Aires.”

[González]: “Sí.”

[Gracia]: “¿Y empezaste a pintar? ¿Cuáles fueron los primeros pasos? Ya llevas 14 años acá.”

[González]: “14 años acá es un tiempo. Más allá del periodo del servicio militar.” [Ríe]

[Gracia]: “Así que ahora puedes volver a Cuba sin problemas.”

[González]: “Sí, estuve en Cuba hace muy poco tiempo. En un principio, el cambio fue muy radical puesto que aunque hablamos el mismo idioma somos muy distintos.”

[Gracia]: “Ellos son italianos, y nosotros no.” [Risas de los dos]

[González]: “Sí, precisamente un condimento muy raro. Así que llego acá y comienzo a descubrir el lugar en que estoy. Recuerdo una anécdota–nosotros en Cuba por lo general tenemos una imagen de lo que es el capitalismo que, según mi punto de vista, es un poco aterradora. Estando acostumbrado a vivir en un lugar en que escasas veces se veían vehículos, llego a una ciudad completamente iluminada, llena de gente y paso a vivir de un barrio de La Habana muy humilde, a vivir en un edificio en un lugar céntrico, en un piso 15. Estando ahí, sentía a cada rato sirenas que pasaban de un lado a otro. Eso me aterrorizaba. Decía, ‘¡Coño! Pero cómo matan gente acá, de loco salgo a la calle.’ Hasta que nada, en un momento le planteo mi inquietud a mi pareja y me dice: ‘No te preocupes, son autos de médicos de urgencias.’”

[Gracia]: “Bomberos, sabe Dios.”

[González]: “Bomberos exactamente, así que eso fue una de las cosas que me tranquilizó un poco como para poder incursionar en la cosa esa de salir a la calle y comenzar a buscar una manera de sobrevivir.

Antes de venir a la Argentina, yo tenía un convenio con el Fondo de Bienes Culturales haciendo un trabajo artesanal de orfebrería, pulseras y cosas por el estilo. Así que esa es la primera herramienta que encuentro para poder insertarme dentro de lo que es éste sistema, que bueno, para mí era apabullante. Así que comienzo a hacer este tipo de trabajo, empiezo a exponer en ferias, hasta una cierta etapa en la que descarto la cuestión del trabajo en ferias por lo difícil que se hacía luego el traslado de un lado para otro con las cosas. A eso se le sumaron las cuestiones climáticas, y empiezo a entregar el trabajo en otro lugar y comienzo a trabajar más bien con negocios. Lo que hago ahora es que preparo una producción que posteriormente llevo a determinados negocios con los que trabajo y se la entrego a consignación. Posteriormente ellos lo venden.”

[Gracia]: “El capitalismo.” [Ríe]

[González]: “Exactamente, el capitalismo.”

[Gracia]: “Y en términos de la ciudad, ¿La Habana tiene algunas cosas similares a Buenos Aires, no? Pero hay cosas muy diferentes, y tú te criaste dentro de la Revolución, o sea que tú no conoces nada de antes. ¿Cuándo fue que naciste, en qué año?”

[González]: “El primero de agosto del 63.”

[Gracia]: “Entonces, naciste después de que yo había salido de Cuba, así que tú no conoces realmente nada de lo anterior, excepto como remanente, lo que quedaba allí. Así que ¿cómo te sentiste al llegar a Buenos Aires? Dijiste ‘¡qué raro!’ Un shock. Pero, ¿encontraste algunas cosas similares, algo con lo que te pudieras relacionar, o fue realmente una ciudad ‘extranjera’?”

[González]: “Cuando llego había algo muy curioso que me sucedía. Recuerdo salir a la calle y ver rostros que me remitían a alguien, me daba la impresión de que era un alguien que había visto en algún momento, que conocía; después, eso con el tiempo fue pasando. Después conocí algunos lugares que están acá en lo que es la Boca, un lugar que guarda una cierta similitud con lo que es La Habana Vieja por el contexto social al que te remite. Por otro lado, por el tipo de construcción que hay en estos lugares, de por sí es uno de los lugares que muchas veces transito, quizás un poco buscando esa cosa de la identidad, una cosa nostálgica.”

[Gracia]: “¿Y cuando llegaste, buscaste otros cubanos o básicamente te has mantenido separado del grupo? ¿Has tratado de integrarte en esta sociedad, cómo ha sido tu relación con el medio?”

[González]: “En un principio establecí conexión con alguno que otro cubano, pero fue una relación muy breve, puesto que nosotros estamos muy condicionados por nuestra historia que está vinculada a la Revolución Cubana. Las relaciones nuestras fuera de Cuba están muy politizadas, siempre no pasan del hecho de si estás o no estás en contra de… Y además, esa cosa de la paranoia, que si tú eres del aparato, eres de la seguridad y eso hace que las relaciones se hagan muchas veces tensas, muy tensas y difíciles de por sí.”

[Gracia]: “¿Con que cubanos te relacionaste? ¿Con aquellos que salieron más temprano, como yo, pero a diferencia conmigo tienen la paranoia esa de que tú puedes ser un agente?”

[González]: “No creo que sólo sean las personas aquellas que salieron en la época que tú saliste. Creo que hoy, todo aquel cubano que sale de Cuba, sale un poco contaminado con una visión que nos dificulta el relacionarnos en otro lugar. Así que eso hizo que tratase de abrirme camino por otro lugar. Recuerdo que mi primer amigo en Argentina fue un peruano, una persona con la cual tuve una relación amistosa durante mucho tiempo. Estaba vinculado con el trabajo que yo hacía, con toda esta cosa de lo artesanal. Nos conocimos en una feria,. Su esposa y la mía eran psicoanalistas, se conocían, se habían visto en algún momento, y eso hizo un poco más sólida la amistad independientemente de la relación que tuviéramos nosotros. No, no llevo una vida muy insertada dentro de lo que es la comunidad cubana, si bien en algún momento me reúno con cubanos.”

[Gracia]: “Muy interesante, porque yo estoy entrevistando a muchos cubanos que viven en Miami. Miami es como La Habana porque la comunidad cubana es completamente absorbente y todos los que están allí, están metidos en esa comunidad. No puedes salir de ella. Yo nunca he sido parte de esa comunidad porque siempre he vivido fuera de Miami. Así que soy, pudiéramos decir, un extraño, pero me interesa saber cómo has reaccionado tú en este medio que es muy diferente al de Miami, porque aquí hay muy pocos cubanos. Ahora bien, lo importante sobre lo que queremos hablar es sobre tu obra y cómo es que tu obra ha evolucionado, cómo es que se relaciona a todas tus experiencias, incluyendo estas del medio actual. Sería interesante saber algo de lo que estabas haciendo en Cuba, del tipo de trabajo estabas haciendo en Cuba. Cuando saliste, me hablaste de la orfebrería, pero esa es otra dimensión de tu trabajo. Aquí vamos a hablar principalmente de tu pintura, cómo cambió la pintura y cómo ha estado evolucionando, empecemos por ahí.”

[González]: “Para abordar la cuestión de trabajo primeramente tendría que tener en cuenta una etapa que está vinculada a mi época de estudiante. En ese momento, mi visión sobre las artes plásticas era ingenua en cuanto a que estaba un poco más focalizada a relacionarme con el arte como cuestión más bien estética, esta cosa de la seducción, del color, de las formas. Después pasa un tiempo, a través de toda una etapa de cambio que se da en Cuba, que se produce precisamente en la década de los ochentas, primeramente con el grupo Volumen uno, después con toda la movida cubana de la generación posterior a Volumen uno. Hay una concientización del arte, en el que se empieza a profundizar en otros aspectos que estaban vinculados con lo sociológico, con lo político, toda una serie de nuevos planteos sobre lo que es la cultura cubana. Esto a mí me moviliza como para pasar de una etapa en la que venía haciendo un trabajo que estaba vinculado con la naturaleza –en sí era muy colorido— a hacer un trabajo con una propuesta distinta, un poco influenciada por la situación del momento. Esta fue una época muy breve, porque posteriormente vengo a la Argentina y en el tiempo que pasa ese periodo en que me voy acomodando un poco, en que tengo la posibilidad de comenzar nuevamente con mi trabajo, en un principio parto de una desorientación total, porque el cambio de contexto hace que en sí no encuentre ni el tiempo ni una vía como para comenzar de nuevo con mi trabajo. Comenzar a partir de lo que había dejado anteriormente era algo que se me hacía un poco difícil. Recuerdo que una vez, conversando con mi pareja, hablando del trabajo que venía haciendo en Cuba, me planteo la idea de abordar mi trabajo a partir de lo que venía haciendo en ese momento. Comenzó siendo como un juego, en sí no era algo que pretendía seguir ahondando o profundizando. Empiezo a hacer el trabajo que hacía en Cuba, que estaba vinculado con la naturaleza, pero quizás la cosa esa que da estar viviendo en un lugar, con una iluminación totalmente distinta, en un lugar en el que para mí es una ciudad con mucho cemento, un cielo muy gris, eso quizás se filtró de alguna forma en mí trabajo e hizo que el color de mi trabajo cambiase. Así que retomo lo vinculado con todo lo que son las creencias afro-cubanas. Si bien mi relación con la religión ha sido un tanto periférica, puesto que mi vieja es una persona muy creyente aunque no me involucró de manera directa en eso, pude haber tenido algún tipo de participación en esto. Esto siempre fue algo que me generó mucha inquietud, especialmente porque no había en sí una explicación sobre este tema que me hiciese vincularme con él desde otro lugar. Pero como siempre fue una inquietud y algo que quedó ahí, algo que no era muy claro, también esto de alguna forma, voluntaria o involuntariamente, dio lugar a que aparezca en mi trabajo la cuestión de la religión afro-cubana.”

[Gracia]: “Siempre ha estado presente de alguna forma.”

[González]: “Sí, pero te comentaba esto del color, porque el trabajo comenzó a oscurecerse, producto de la ausencia de luz. También viene este momento a partir del que comienzo a esa cosa de la distancia, del lugar, la nostalgia, más todo ese misterio que encierra en sí toda la religión.”

[Gracia]: “Lo interesante es que realmente no veo en tu trabajo nada que pueda relacionarlo al medio argentino. Tu trabajo se ha modificado en términos de la luz, pero sigue [ríe] volviendo hacia cosas que tienen que ver, en cierto sentido, con Cuba, como por ejemplo lo africano, la religión afro-cubana, la vegetación tupida de Cuba.”

[González]: “Sí, sí, sí.”

[Gracia]: “Aquí no creo que haya vegetación como tú la pintas, que es una cosa bien tropical, bien fuerte, o sea que el cambio de medio a ti en cierto sentido te ha causado un retorno al lugar de donde eres, como una contemplación de lo que tú eres, de tu pasado. ¿Es eso correcto o no?”

[González] “Creo que sí, porque en este lugar la vegetación prácticamente no existe mientras vengo de un lugar donde la vegetación es exuberante, está por todos lados e inclusive tiene una connotación e importancia dentro de la religión afro-cubana.”

[Gracia]: “Las yerbas, las curas.”

[González]: “Exactamente. Creo que de alguna forma trato de reflejar eso que me falta desde algún lugar, no sé si llamarlo identidad, no sé si relacionarlo con una identidad en sí, pero creo que algo de eso debe haber.”

[Gracia]: “Tiene que ver, sí. Ademas está la serie ésta que me has mostrado aquí y que yo no había visto antes de venir. Son autorretratos y tienes muchos de estos en diferentes momentos, son impresionantes. ¿Qué te ha llevado a ti a crear esta serie? Muchos artistas pintan un autorretrato, algo así, pero tú tienes una variedad de ellos.”

[González]: “El autorretrato es una forma de rescatarme a mí mismo. Es como el rescatarme dentro de todo lo que es este mundo globalizado. Tengo un autorretrato por ahí en el que aparece mi número de cédula de identidad, en el que la imagen se desintegra y con ella pretendo mostrar esa cosa que a veces nos hace perder precisamente esta cuestión de la identidad, que está por encima de lo que somos, ¿no? Que lo podemos encontrar en el hecho de que seamos un número, un código determinado por el cual se nos puede localizar en un lugar, en un momento equis determinado. A través del autorretrato trato precisamente de rescatarme a mí mismo, dentro de una ciudad como ésta, que a veces se me torna difícil y me dificulta insertarme dentro del medio artístico por lo reducido que es, elitista y demás.”

[Gracia]: “Ese es un punto muy interesante porque Buenos Aires y la Argentina en general siempre se ha considerado desde el punto de vista latinoamericano como un lugar muy elitista y en el cual la gente se considera europea, no latinoamericana, y ciertamente no afro-americana en ninguna forma. Está la famosa frase de un presidente de la Argentina: ‘Somos europeos, cristianos y blancos’ [ríe] lo cual no es verdad, porque vas a la calle y ves mucha gente que son claramente de ascendencia india. Pero lo africano se ha absorbido, había muchos africanos aquí en una época, pero se han absorbido, entonces ya no se nota.”

[González]: “Sí.”

[Gracia]: “Pero entonces, ¿como reacciona la gente esta a tu arte, al aspecto este africano? La reacción no debe ser muy positiva, lo verán como una cosa exótica.”

[González]: “Sí, creo que la visión sea esa, está relacionada con algo exótico; creo que relacionarlo con algo artístico es algo que les cuesta. Es como insertarme dentro del exotismo.”

[Gracia]: “Lo que cuenta muchas veces para estas gentes es el aspecto europeo, todo lo que viene de Europa tiene un valor enorme pero lo que viene de afuera de Europa no cuenta.”

[González]: “Inclusive por la historia que tiene la Argentina; en la Argentina. En este país como bien tú dices, hubo una época en que hubo muchos negros. De por sí, el nativo argentino es un indígena, es un indio, personas que son muy discriminadas en la Argentina. Y bueno, todos estos negros murieron en la guerra o fueron utilizados como carne de cañón.”

[Gracia]: “Y otros se absorbieron, o por ahí andan.[Ríe] Lo único es que no se notan mucho. Tú sabes que, en 1830, aparentemente el 25% de la población de Buenos Aires era africana pero los presidentes como Sarmiento se trajeron 3 millones de europeos para blanquear la población, ¡explícitamente! Y hoy en día, tú le dices a un argentino: pero claro que había negros en Buenos Aires, pero están ahí, bueno que a algunos los mataron, otros se murieron, pero muchos de los genes están por ahí. Y ellos te dicen: ‘¡No!’ Es casi como un insulto.

Es una actitud que he encontrado aún en los intelectuales, lo cual es muy extraño porque en los Estados Unidos los intelectuales ya han pasado ese puente, digamos ese obstáculo en general. Pero ese racismo, un culturalismo estrecho, todavía queda aquí. Por eso te preguntaba sobre la recepción de tu arte con los temas afrocubanos, pienso que sí puede ser difícil para esta gente aceptarlo como arte. Ahora déjame preguntarte algo sobre los artistas cubanos. ¿Tienes relaciones con otros artistas cubanos? No solamente aquí sino otros lugares. ¿Conoces a Rafael López Ramos, que está en Vancouver? Él salió en la misma época que tú. ¿Cómo es la relación esa?”

[González]: “Rafael y yo nos conocimos en Cuba, estudiamos juntos. Después estuvimos trabajando juntos, en la época en que yo estuve trabajando en la revista como diseñador. Casualmente, llego a ese lugar por él y siempre tuvimos una relación muy estrecha de trabajo. Nos reuníamos con mucha frecuencia, compartíamos trabajos, discutíamos los trabajos con los amigos. Yo estuve ahora en Cuba, hace muy poco tiempo, y prácticamente mi generación está fuera de Cuba. Es una suerte que hace muy poco tiempo, hace cuestión de un año, volvimos a reanudar las conexiones con Rafael; él se enteró que yo estaba por acá y nos volvimos a conectar. Pero no tengo mucho contacto con otra gente porque desconozco su paradero”.

[Gracia]: “¿Y cuáles son las gentes con las que estabas en Cuba? Hay un grupo que es mayor que tú, habrás oído hablar de José Bedia.”

[González]: “¡Sí, como no!”

[Gracia]: “Cubano, ha hecho una buena carrera en los Estados Unidos. Entonces está por ejemplo Gustavo Acosta.”

[González]: “También lo conozco.”

[Gracia]: “Pero no lo conoces personalmente.”

[González]: “Sí, lo conozco personalmente.”

[Gracia]: “Pero no era de tu grupo, tú eres más joven.”

[González]: “Claro, claro.”

[Gracia]: “¿Conoces a uno que se llama Pedro Vizcaíno?”

[González]: “Sí, Pedro Vizcaíno es más joven; sí, lo conozco.”

[Gracia]: “Es más joven, me encanta su obra–es juguetona y seria a la vez.” [Ríe]

[González]: “Vizcaíno en Cuba integró un grupo que, dentro de la generación de los ochenta, se denominó Arte-Calle. Él hacía toda una serie de intervenciones en la calle, había toda una movida que llegaron a generar en Cuba inquietud, persecución de todo tipo. Yo pertenezco más bien a un grupo que se formó en la generación de los ochenta, en esa época eran estudiantes del Instituto del ISA, que se llamó Puré.”

[Gracia]: “¿Puré?”

[González]: “Puré, dentro de este grupo, los que están radicados hoy en Estados Unidos, en Miami, Albertina Delgado, José Adriano Güente, Ciro Quintana y otro de los integrantes del grupo, que aún vive en Cuba, Lázaro Saavedra. También estaba Ermitaño que está viviendo en Venezuela.”

[Gracia]: “Están por todos lados los cubanos.” [Ríe]

[González]: “Sí, estamos en todos lados.” [Ríe]

[Gracia]: “Es interesante lo que le ha pasado a todos estos grupos y a toda esta gente. Y en términos de tu arte, dices que en cierto sentido no piensas en la obra tuya como una obra de arte porque estás pensando posiblemente en el asunto artístico antiguo y diferente. Pero ¿cómo te ves tú en el mundo artístico hoy en día? ¿Perteneces a alguna corriente? Dos cosas quiero preguntarte: si tú perteneces a algún grupo intelectualmente y segundo, qué artistas han tenido gran influencia en ti.”

[González]: “No me considero en estos momentos perteneciente a un grupo o tendencia específico. Mi trabajo constantemente se niega y se plantea. Se replantea, por lo cual me es muy difícil insertarme dentro de una tendencia específica. Creo que influencias tengo de todo: conceptualismo, expresionismo y artistas que verdaderamente me han impactado. Por un lado, tenemos a nuestro maestro Wilfredo Lam. Realmente ha sido un artista cubano--no por la trascendencia que haya tenido como artista, sino por su obra--que más me ha impresionado o impactado. Después, de los artistas cubanos contemporáneos vivos tenemos a Bedia. Creo que algún punto de conexión puede haber en nuestro trabajo, si bien hay una diferencia.”

[Gracia]: “Claro, él está interesado en la cosa afro-cubana, sí.”

[González]: “Sí, afro-cubana. Después está Juan Francisco Elso, Ana Mendieta, creo que de alguna forma han aportado a mi trabajo. Otro artista que me ha impactado muchísimo, es un artista americano en la época de los ochentas, fue Jean-Michel Basquiat. Hay toda una serie que de alguna forma u otra me han impactado.”

[Gracia]: “Y la otra pregunta era sobre cómo te sientes tú, básicamente, hemos estado hablando de cómo has estado aquí, cómo te ha ido, cómo funciona tu arte y demás. ¿Te sientes básicamente cubano? En los Estados Unidos se usa mucho el tema éste de hablar del cubano-americano, pero no sé si aquí hablaríamos de un cubano-argentino [ríe]. Eso aquí no sale, ¿no? No existe eso, eres argentino o cubano.”

[González]: “No, tú sabes que no; aquí eres o argentino o cubano, independientemente de que te puedas nacionalizar y demás eres argentino o cubano.”

[Gracia]: “No hay eso de cubano-argentino.”

[González]: “Yo no sé, quizás después de mucho tiempo. He conocido cubanos que llegaron acá por la década de los sesentas inclusive y se presentan como cubanos, no como argentinos.”

[Gracia]: “Aunque estén nacionalizados, no importa.”

[González]: “No, no.”

[Gracia]: “Ahora, una cosa interesante es esto: si tú fueras a tener un hijo, que tuvieras un hijo y naciera aquí, entonces sería argentino.”

[González]: “Bueno, tengo una hija.”

[Gracia]: “Ah, tienes una hija, ¿y ella es argentina?”

[González]: “Es argentina.”

[Gracia]: “Lo interesante de esto es que la denominación entonces no es étnica sino nacional. O sea, de nacimiento, tiene que ser de nacimiento, para ser argentino; pero si no naciste aquí eres un extranjero básicamente.”

[González]: “Eres un extranjero.”

[Gracia]: “Eso es interesante porque en los Estados Unidos esa concepción se ha modificado. No sé si eso va a trascender o no. Las relaciones entre la etnia, la nacionalidad y la raza son las cosas más importantes que hay hoy en día que negociar, ¿no? ¿Cómo establecer las relaciones entre grupos que son, que tienen etnias diferentes, nacionalidades diferentes y que viven en los mismos países y algunos que se consideran de razas diferentes? Ya ves que lo de la raza es un concepto muy disputado. Bien, si no quieres decir algo más que te interese, entonces terminamos la entrevista. Muchísimas gracias. Ha sido un placer y ya seguiremos en contacto.”

 

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