Pedro Vizcaíno: Interview (in Spanish)


Date: 08/08/2005
Interviewed by Jorge J. E. Gracia
Filmed by Norma Gracia
Transcribed by Patricia Díaz
Edited by Jorge J. E. Gracia


La entrevista se llevó a cabo en la casa y estudio del artista.

[Gracia]: “Pedro, pareciera que hay dos constantes técnicas a lo largo de tu obra: el interés en el dibujo--el graffiti--y el interés y el uso del papel. Además de esto esta el contenido, que tiene que ver con el contexto, la ironía y la crítica social. Y esto tanto en Cuba como en la obra fuera de Cuba.”

[Vizcaíno]: “En Cuba, la ironía era una característica general de muchos artistas de los ochentas, artistas españoles que uno veía, artistas norteamericanos. En esa época, inconsciente o conscientemente, muchos artistas se referían irónicamente a otros estilos, a otras formas de ver el arte en general, y a los que hacían obra social. En Cindy Sherman misma, hay un elemento irónico. Es una referencia a la realidad en que viven los artistas. En Cuba se respiraba eso también a través de la información que se recibía de las revistas de arte, los libros y las películas, la música. El artista en general sabe coger de toda la historia del arte y sabe utilizar, si tiene talento, ciertas cosas a su favor. En la década de los ochentas hay muchos artistas que tienen esa característica. Lo que yo hacía con los textos, era referirme a la situación, aprovechar toda esa maraña que había en los ochentas, la posmodernidad o la trans-vanguardia; utilizar el texto contestatario de crítica, porque un artista en sí también critica arte, y un poco a la sociedad, ahí estaba la carga. El grupo dedicado a esta faena en Cuba se llamaba Arte Calle, porque venía un poco de salir a la calle y el graffiti. Hacíamos graffiti en la calle, en los muros de los parques de La Habana. Fue una buena experiencia, que me sirvió para ver las diferentes interpretaciones que hacen las personas de los graffitis y de obras de arte para las galerías. Era muy joven y nos divertíamos mucho. Era a mediados de 1980. La función del grupo era como sacar un poco la monotonía que había en los shows en Cuba, el carácter burocrático, de censura, en las exhibiciones de pintura. Era un poco como dinamitar esa realidad de las galerías. El grupo duró como dos años y después cada cual desarrolló su obra e hizo lo que quiso. Los trabajos que yo hacía en dibujo eran en papel. El que hacía en Cuba lo hacía en instalaciones. En 1992 salí para México, con una beca de pintura que me había dado Raquel Tibol. En México, después que salí de Cuba, hice un grupo de lienzos de obra más tradicional, pero con el mismo carácter contestatario; un poco dirigido a la imagen, muy figurativo pero mezclando en ese caso un elemento estético, más esteticista, no con tantos textos como había hecho antes. Un esteticismo muy directo, diría yo, y posmoderno. Algo que tiene el arte cubano, o muchas cosas de la estética cultural cubana, es esa cosa barroca de la mezcla. Yo mezclaba elementos del cómic cubano y elementos del pop. ‘Dick Tracy,’ me acuerdo, y referencias a Lichtenstein, pero todo a través de la pintura; era un cuadro muy posmoderno. Realicé una exposición, llamada ‘Rockcoco.’ Estas pinturas eran un resumen de los últimos cuadros que pinté en Cuba, una síntesis de estas ideas, Kitsch, cómics, low art, parodia, bad painting, grotesco. ”

[Gracia]: “Un mestizaje artístico.”

[Vizcaíno]: “Sí, parecía algo como rumba, una rumba, algo así, pero pintado.”

[Gracia]: “¿Y los temas en México? En general me estás diciendo que, en cierto sentido, lo de México es similar a lo de Cuba, pero que hubo algunos cambios. Porque en México ya no te podías estar, pudiéramos decir, rebelando en contra de la monotonía artística cubana estatal. ¿Entonces qué?”

[Vizcaíno]: “México me sirvió para ver, conocer otra realidad que no era la misma forma de vivir de Cuba, ni en el sentido económico, ni político, ni nada. Todas esas experiencias influyeron en mi, y la situación del arte también, el contacto con artistas mexicanos, con críticos mexicanos, el círculo de artistas mexicanos, todo eso me sirvió de experiencia. Yo había visto arte mejicano, conocía a Siqueiros, Rivera, Frida, etcétera. Muchos cubanos conocen esa cultura mexicana, y el arte cubano gusta también en México, creo que bastante y la pintura gusta mucho en México, tanto las raíces del arte, sea contemporáneo y no contemporáneo. Me sentí bien en esa época en México; el contacto cultural me enriqueció.”

[Gracia]: “¿Cuánto tiempo estuviste en México?”

[Vizcaíno]: “Un año exacto, 1993. Hice un show en la galería de Nina Menocal, y después de ese show vine para Miami, pero allí pinté obra en lienzo nada más.”

[Gracia]: “Y esas obras, ¿dónde están ahora?”

[Vizcaíno]: “Se quedaron en México. Nina tiene alguna obra y muchas quedaron vendidas. Y alguien aquí compró o tiene algunas obras de ésas, pocas. Pero en general sé que algunas se vendieron a clientes de Nina.”

[Gracia]: “Y cuando viniste para acá ¿qué pasó, en términos de estilo y de temas? Aquí empiezan los aviones [ríe]…?”

[Vizcaíno]: “Aquí hubo un proceso de adaptación. Hice algunos cuadros parecidos a lo que había hecho en México, pero el colorido de aquí se parece mucho al de Cuba, el ambiente, el clima de Miami. En México era diferente, era otro clima. Aquí hice cuadros con más color, el amarillo, y las cosas americanas. Me empezó a influenciar la cultura del cómic, ya había llegado a Estados Unidos. En ese proceso de adaptación hice varios cuadros; me acuerdo de uno, Café Cubano con Mickey Mouse: una cafetera muy a lo típico pintura italiana, en gris, en grande y con un fondo amarillo, pero en vez de botar café, botaba a Mickey sobre una taza. El Mickey estaba pintado en forma de cómics, había algunos colores y cosas grises. Era una idea que yo pensaba ver en la cultura cubano-americana a lo Gloria Estefan y Miami Sound Machine. Eso es lo primero que hice durante el periodo de adaptación.”

[Gracia]: “Después de La cafetera de Mickey Mouse ¿qué pasó?”

[Vizcaíno]: “Armé una exhibición colectiva para conocer el circuito del arte aquí en Miami y del arte latinoamericano. En Miami hay una mezcla de artistas latinoamericanos, artistas americanos y artistas de otros lugares. Durante ese periodo de adaptación trabajaba en un supermercado de noche, y por el día me ponía a dibujar. Desempacaba las cajas llenas de rollo de papel higiénico y los ponía en línea. Después empacaba y echaba los productos en las bolsas de los compradores, un trabajo frío y mecánico. No tenía mucho dinero y decidí intervenir estos materiales, cajas de cartón, bolsas de supermercado, que tenía a mi alcance y veía todo el día. Me di cuenta que podía hacer un arte sobre los materiales de desecho, y darle vida al vacío y el embrutecimiento de trabajar en un supermarket. De allí surgió una instalación grande de una ciudad de cartón, como destruida, donde habían muchos dibujos por el piso, y algunos aviones de cartón, se llamaba ‘Accidente.’ Mediante la fuerza del objeto industrial quería reflejar como me sentía al chocar con una cultura nueva, la cultura pop. Dibujaba mucho en cartones y papeles, me gusta transformar este material, cortarlo, romperlo, e ir logrando sorpresas sugestivas en el trazo del dibujo, de la línea. Me interesa invertir un poco el sentido comercial del pop, y hacerlo más hacia lo grotesco, lo burlón e irónico. Creo que estas obras son como un pop expresionista, hay una fascinación y un odio por la cultura de masas, por la frialdad de la posmodernidad, por darle emoción al cartón, por sacar las entrañas del cartón hacia fuera. Había estado en Nueva York.”

[Gracia]: “¿De vacaciones?”

[Vizcaíno]: “Sí, y a conocer los museos, y eso me influenció mucho, me impactó mucho. Nueva York es una ciudad que siempre me ha gustado. Desde el primer momento que fui fue una locura, me impactó enormemente y me gustó mucho. Nueva York cambió mi visión del arte. Trabajé una serie de papeles sobre la street, la suciedad, y la violencia en una gran ciudad. Había figuras con los ojos para fuera, botados, era una mezcla de cómics y pintura. El color era el amarillo y el negro, colores sucios, dibujos hechos a tinta y graffito. Mostré instalaciones hechas en cartón de aviones, unas esculturas de unos carros y unos dibujos a tinta y lápiz de color de unas pistolas llamados gangueros. En estos aviones, pistolas, carros, y tanques, la acción se transforma en parte de la imagen. La superficie de cada avión esta trabajada con la suciedad de los graffitis y la ingenuidad del dibujo de un niño, la acción es sugerida por el grosor del cartón, y como está cortado el cartón rompiendo el contorno del dibujo del avión, y también por el gesto pictórico. Cada imagen es objeto y escenario, entrelazados, implosionados, temblorosos. Estas obras tienen como idea buscar una figuración que capte el instante en que ésta pertenece a todos sus posibles dominios: concepción, sueño, meditación, bosquejo, obra de arte pulida e idea. En los dibujos de las pistolas, los cañones se entrelazan, se aparean, las empuñaduras y gatillos se transforman en máscaras. El disparar un arma hace del ver y de su extensión manual acciones involucradas en la lucha entre el bien y el mal, la vida y la muerte. Estas armas antropomórficas son un collage de celulares, zapatos, bocas, espejuelos, senos, son una simbiosis, una mezcla de partes humanas y partes de máquinas, el ser humano convertido en máquina. En los aviones de cartón, me gusta combinar elementos de la escultura, del collage, del dibujo y la pintura, y yuxtaponer libremente las texturas de los ampulosos garabatos en crayon propio de los niños, junto a la textura del cartón corrugado. En Miami me siento más libre trabajando.

[Gracia]: “¿Es ése que vemos allí de esta época?” [Señala un dibujo]

[Vizcaíno]: “Sí.” [Toma el dibujo del suelo, lo alza y lo enseña]

[Gracia]: “Sí, ahí se ve que estabas en Nueva York, veo los edificios.” [Ríe]

[Vizcaíno]: “Sí, era una serie en cartulinas grises con grafito, en búsqueda de una figuración a partir de la historieta, del cómic, influencia del cómic underground, lo que me gusta a mí, de los sesentas.”

[Gracia]: “Está magnífico.”

[Vizcaíno]: “Versan sobre la cultura norteamericana. Un edificio monstruoso comiéndose a sí mismo, y era la cosa del estrés, la suciedad de la ciudad de Nueva York. Un poco el amarillo de los taxis, podía ser, era un reflejo así de…”

[Gracia]: “. . . de la suciedad, del smog.”

[Vizcaíno]: “Me impresionó mucho Manhattan. En aquella época todavía había graffitis y de verdad pude ver cosas reales y no de película.”

[Gracia]: “En el subway.”

[Vizcaíno]: “Exacto, veía el subway. De verdad eso me impactó mucho e hice esas series de dibujos y disfruté mucho ese viaje, mi primer viaje a Nueva York. Después de eso, cuando llegué a Miami, entré de vuelta en un periodo de adaptación, de pensar qué obra podría hacer aquí que me hiciera sentir bien y no romper totalmente con el trabajo anterior. Entonces fue cuando decidí utilizar el material del supermercado donde trabajaba. El cartón del supermercado es un material que el pop utiliza mucho, Rauschenberg. Todos esos elementos de las cajas son materiales de desecho pero reciclables. Las primeras obras fueron los aviones, como éste que está aquí [toma una de sus obras y la muestra]. El avión podía ser también un poco el viaje, tenía que ver con el viaje, con la cosa de la emigración, de la tecnología, de muchas cosas.”

[Gracia]: “¿Y con un elemento sexual?” [Ríe]

[Vizcaíno]: “Sí. . . ” [Ríe]

[Gracia]: “No está muy lejos de los cubanos.”

[Vizcaíno]: “Sí, algo podía tener referencia sexual masculina, pero todo eso mezclado podía ser como aviones Kamikaze, o como en ‘Vamos al rescate.’ Sí, podías mezclarlo con la realidad del contexto cubano y esa idea me vino muy bien, y era algo que me gustaba y que tenía que ver con toda la cultura visual que me gustaba y todas las referencias del pop. Y no dejaba de pintar porque eso puede ser también una apertura, un dibujo. Y la ironía está presente, hay muchas cosas que parecen caricaturas--hay elementos un poco picassianos–en referencia a otras cosas. Eso fue lo que empecé a hacer, hice un show en una galería, Ambrosino, en 1999, con esa pieza, estos dibujos, las pistolas y unas esculturas de los carros, tridimensional.”

[Gracia]: “Ésas que vimos también en la exposición del Miami Dade?”

[Vizcaíno]: “Sí, esas mismas. Fue un primer show de todo lo que había hecho en un año. También había hecho la instalación de una ciudad medio destruida en cartón que te dije, pero ésa fue una experiencia primaria que hice con todos estos elementos de arte reciclable, y tienen que ver con el arte popero, y la hice en un warehouse.”

[Gracia]: “¿Y después qué pasó?”

[Vizcaíno]: “Después seguí dibujando la serie con aviones, pero fui desarrollando otra temática, de diferentes cosas que veía aquí en Miami, también referente a eso, y cuadros con mucho más color; la utilización del color y la cosa de la maquinaria está presente.”

[Gracia]: “¿Cuando empezaste con los taxis y con los zapatos por ejemplo, los taxis fueron primero que los zapatos?”

[Vizcaíno]: “No. El zapato es un motivo que tiene que ver con la sociedad de consumo y también con el pop. Y parecen como grabados, porque incluyen las huellas de los zapatos. Aprovechaba cosas que dibujaba, cosas puramente tecnológicas que puede ser de una serigrafía y dibujo de verdad. Por ejemplo, este tiene un dedo afuera, es como una burla a la solemnidad, algo del pop mismo.” [Levanta otro dibujo de un zapato]

[Gracia]: “En tu obra siempre está presente un elemento de humor y de ironía, un poco de crítica social. Ése del dedo está fantástico, y aquélla también [señalando otro], con un dedo fuera y a éste [señala otro], creo que le ibas a poner un dedo y decidiste no ponérselo, porque no salió como dedo.” [Ríe]

[Vizcaíno]: “Como ves, he hecho muchas cosas.”

[Gracia]: “¿Dónde encajan las gangas y los gangueros? ¿Vinieron después?”

[Vizcaíno]: “No.” [Busca más de sus obras debajo de una pila de dibujos. Saca dos grandes y los enseña]

[Gracia]: “¡Ah, las bocas!”

[Vizcaíno]: “Antes hice unos dibujos de éstas, que sirven como instalación.”

[Gracia]: “Varias juntas, seis.”

[Vizcaíno]: “Los dibujos de las bocas, con un cigarro muy pop así, ¿no?”

[Gracia]: “Una lengua.”

[Vizcaíno]: “Y la idea era muy gestual con el color. Fue una experiencia, eran unos dibujos que iban por los dos lados [voltea la cartulina]. Aquí hay otro dibujo [enseña otra boca]. Eran dibujos un poco eróticos. Un poco la cosa de Miami y del latino, un poco con la cosa de que siempre está hablando. El chisme, como le dicen, ¿no?”

[Gracia]: “O sea que estas obras tienen una relación al contexto cubano.”

[Vizcaíno]: “Después hice los dibujos de taxis.” [Enseña un dibujo de un taxi amarillo]

[Gracia]: “¿Por qué te llamó la atención el taxi?”

[Vizcaíno]: “El taxi es un elemento también mecánico, o sea tecnológico.”

[Gracia]: “¿Y tiene que ver con tu visita a Nueva York?”

[Vizcaíno]: “Pero también con Miami, porque la psicología de muchas personas en Miami es que las personas son iguales al carro que tienen: ¿Qué carro tienes? Yo tengo un Mercedes.” [Ríe]

[Gracia]: “Eso es lo que cuenta.”

[Vizcaíno]: “Empecé a hacer carros, aunque estos son taxis. Y aquí sale la cosa de Nueva York también, la cosa del taxi, del viaje; son dibujos un poco más con el amarillo, el negro y la utilización de elementos de grabado como cuños y marcas.”

[Gracia]: “Y ahí es donde estás ahora, con la exposición que acabas de tener aquí.”

[Vizcaíno]: “Exacto, lo que he hecho es desarrollar estos temas un poco y aprovechar más la textura y el collage. Le he puesto elementos sígnicos; he hecho una serie de tanques que tiene que ver con la guerra, un tema bastante universal…”

[Gracia]: “¿Te salió la idea de la guerra con esto de la guerra de Irak?”

[Vizcaíno]: “Yo tenía pensado hacer eso antes con una serie de carros, de trenes, y de taxis o automóviles. El tanque podría ser una cosa más; tiene algo muy inconsciente a partir del dibujo del niño. Pero, ¿qué es lo primero que vemos? El reflejo de una realidad. Explotar todo eso, referirme o incidir en la cosa social de la guerra y hablar también de toda una imagen, iconografía visual, y puede ser un poco más intelectual. O de arte referencia, que uno va sintiendo y te va gustando más. Uno va reflejando en contra de otra moda o de otro arte que uno ve. Lo que digo es: hay una guerra, esto es violento y estoy en contra de esto, pero también me gusta este tipo de arte. Traté de referirme un poco al pop viejo, al cubismo también. Es la investigación que voy haciendo, en parte son cosas que tienen que ver con la historia del arte que estoy tratando de ir buscando, cosas que me interesan, que me gustan, y creo que es un camino que todavía un artista puede explotar o buscar. No sé si pueda obtener un resultado, es bastante ilógico, no sé. Hay cosas de Jasper Johns que también me interesan, otras de algunos artistas de la vanguardia alemana, que explotaron mucho el collage en la época del 40 y del 50. Estoy como rescatando algo de varios periodos anteriores.”

[Gracia]: “De varias tradiciones.”

[Vizcaíno]: “Exacto.”

[Gracia]: “Antes de terminar con tu arte, quisiera que me dijeras algo sobre la violencia, la velocidad, y las maquinas que parecen ser temas importantes o característicos de tu obra.

[Vizcaíno]: “La fascinación y el odio hacia la violencia vienen de la realidad exterior, como el cine de Tarantino, las películas de terror, los comics underground, y todo lo que sucede en cuanto a la violencia de las gangas en la calle. O sea, viene a través del arte y de la realidad, y esto provoca en uno una revolución acelerada por la tecnología. Creo que mis dibujos tienen la responsabilidad social o política de que el espectador sienta cierta violencia en la realidad exterior, sea en Miami, Nueva York, o Korea. El futuro de nuestro planeta depende de los humanos. Tenemos la capacidad de destruir y de crear. El ser humano es el que puede parar la violencia y lograr que otros hagan tal cambio. Pero hay algo que compensa tanta destrucción. Somos humanos y somos capaces de entender la belleza. La belleza es un dibujo, una pintura, y esta es la vía, el refugio, para decirle a los espectadores: basta de violencia en el mundo! Como decía Francis Bacon, ‘La vida es más violenta que todo lo que yo pueda hacer.... la violencia está en todas partes y es permanente...’ Además hay cuadros de Picasso violentos por su tema y las formas que emplea, son violentos y producen una increíble carga emocional, y son magníficos. Esta carga emocional es lo que me interesa transmitir en general en mis dibujos. Hay en ellos el puro reflejo de la sociedad americana por el multiuso. Si existe un teléfono-computadora-calculadora, también una pistola ganguera puede mostrar en su gatillo unos labios rojos, y en la culata encender un bombillo mostrando unos tenis con la misma talla que el ganguero que la dispara. Y la velocidad me gusta. Las historietas influyen en esto, las películas y los animados. Las películas de animados y el video-art han revolucionado totalmente la noción del arte y de la imagen. La relación entre el gesto físico de dibujar y la imagen resultante se ha visto asimismo alterada. La televisión influye mucho, totalmente. Me gusta la velocidad y a la vez deseo captar rasgos esenciales de movimiento en mucha de mis figuras, acentuado por el gesto pictórico, preservar el sentimiento, la emoción del gesto humano. A veces hay que hacer como decía Napoleón: ‘Debéis verlo todo, escucharlo todo y olvidarlo todo.’ En mi obra conviven definitivamente lo inocente y lo terrible, vivo con la posmodernidad al hombro, donde la realidad y la simulación se confunden, se besan, se aman. Pero es el niño consciente de salvar la belleza, la estética. Refugiarse en el dibujo, en la pintura, para limpiar y criticar la época de las armas nucleares. El dibujo como fuente de calor, de emoción de sentimiento, ante la frialdad de la tecnología cibernética. La bondad y la maldad están entrelazadas y es imposible separar la una de la otra, muchas veces son la misma cosa. Los artistas contemporáneos muestran el efecto de estupor de las sociedades de masas, sometidas al condicionamiento de opinión, a la propaganda de los mass media y esto al igual que la guerra total, llevado a los extremos. Esto lo refleja mi obra también, esto es lo terrible, en el final del siglo XX y principios del XXI.”

[Gracia]: “Hemos hablado bastante sobre tu arte y no quería que termináramos la entrevista sin hablar algo sobre tu niñez. Siempre les pregunto a los artistas que entrevisto cómo es que se insertaron en el arte, pero tengo entendido que tu abuela fue la que te metió en esto de una forma irremediable.”

[Vizcaíno]: “Tengo un hermano y desde pequeños los dos dibujábamos. Mi abuelo y mi papá habían estudiado derecho, en la Universidad de La Habana. Mi papá quería que mi hermano fuera abogado y yo también, pero mi abuela dijo: ‘Deja que uno estudie otra cosa, que estudie pintura.’”

[Gracia]: “¡Uff!” [Ríe]

[Vizcaíno]: “Entonces le tocó a mi hermano la abogacía, a pesar de que me acuerdo que mi hermano dibujaba mejor que yo.”

[Gracia]: “Y a ti te tocó ser el pintor, el artista de la familia.”

[Vizcaíno]: “Mi abuela siempre me decía: ‘Pero mira qué bonito dibujas. Termina este dibujo.’ Recuerdo también que, de pequeño, había unos carteles en mi casa de la fundación Miró de España, unas cosas de Goya, unas copias de algunos de sus grabados.”

[Gracia]: “Y te llamaban la atención.”

[Vizcaíno]: “Sí, y algo de Picasso; mi abuela luchó en la Guerra Civil española, en el quinto regimiento. Y eso no te lo había dicho. Ella tenía amistades de España que iban a verla y le traían regalos y entre los regalos le traían esos carteles. Esas fueron imágenes que, de pequeño, siempre se me han quedado grabadas y estaban en mi casa. Eso me formó mucho y también mi papá, que a veces se iba de viaje y traía unas historietas de Disney de México. Eran del pato Donald, de Pluto. Conservo eso, ha sido parte de mi formación.”

[Gracia]: “¿Y cuál fue el año de tu nacimiento?”

[Vizcaíno]: “El 66.”

[Gracia]: “En el 66, justo cuando yo emigré para Canadá desde los Estados Unidos. Lo cual quiere decir que te estabas formando en los setenta.”

[Vizcaíno]: “Sí.”

[Gracia]: “Esos fueron los años decisivos.”

[Vizcaíno]: “Exacto, la generación de los setentas fueron los que me dieron clase a mí en la escuela. Y me acuerdo que había profesores buenos que me decían, ‘¡Coño! Tiene buen sentido del color….’ Así que seguí en la escuela de pintura.”

[Gracia]: “Te animó.”

[Vizcaíno]: “Cuando entré en la escuela, nunca me gustó mucho la cosa de la academia. La escuela, la cosa escolástica de la escuela, la academia, las esculturas que había que copiar--romanas, griegas--nunca me llegaron. En San Alejandro la rebeldía ya empezó a salirse. Clases de historia, de matemáticas. . . . Eso me chocó de la escuela de arte. Así que fuí escogiendo lo que me gustaba de todo lo que había: la pintura y el dibujo principalmente.”

[Gracia]: “¿Cuántos años estuviste en San Alejandro?”

[Vizcaíno]: “Como cinco años, cuatro.”

[Gracia]: “Pasaste por todo el programa, ¿no?”

[Vizcaíno]: “Sí, acabé en 1985.”

[Gracia]: “Lo importante es que lo hiciste y sobreviviste. [Ríe] Creo que ya tenemos una idea bastante buena de tu carrera, y de cómo encaja tu pintura, tu obra. Una de las preguntas que me gusta mucho hacer es: si tú pudieras haber sido otra cosa que no fuera pintor. Porque me acabas de decir que tu abuela, en cierto sentido, tuvo una influencia muy grande en canalizarte en ese aspecto. Pero ahora, por ejemplo, ¿te gustaría ser otra cosa? ¿Podrías dejar de ser pintor? ¿Hubieras sido feliz haciendo alguna otra cosa o piensas que no?”

[Vizcaíno]: “Me gusta mucho la música y todo lo referente a la música.”

[Gracia]: “Sí, eso porque eres cubano [ríe].”

[Vizcaíno]: “Sí, y también algo de teatro, algo que tenga que ver con la actuación, es posible. Y bueno, he organizado exposiciones. Yo sé que es por ahí a lo mejor algo que tuviera que ver con actuación…”

[Gracia]: “Pero no, por ejemplo, ser médico o científico.”

[Vizcaíno]: “No…”

[Gracia]: “Las matemáticas no te gustan.”

[Vizcaíno]: “No, ni abogado.”

[Gracia]: “Pero te gusta la literatura… ”

[Vizcaíno]: “Sí.”

[Gracia]: “¿Y además de pintar, que haces? ¿Tienes algún hobby que nos dé una idea de ti completo?”

[Vizcaíno]: “Me gusta mucho leer, el cine también me gusta.”

[Gracia]: “¿Y has pensado hacer cine?”

[Vizcaíno]: “Quisiera hacer videos más adelante. Eso me gusta más que las fotos. Videos es posible, hice una vez experimentos con una cámara… Pero tendría que invertir tiempo…”

[Gracia]: “Hay que aprender mucho de la parte técnica. ¿Hay algo más que tú quisieras decir, que te interesa? ¿Algo sobre lo de ser cubano americano, latinoamericano?”

[Vizcaíno]: “Eso de decir que uno es cubano-americano o latinoamericano depende de la sociedad donde vivas, la sociedad te marca, uno es como una vaca…. Como un animal en el que ponen una X, donde ellos creen que tienes que ver con otro grupo de personas. Lo que sí creo es que hay muchos artistas cubanos, los mejores, que han hecho obras que no son específicamente cubanas, artistas como Mendieta, González Torres. Lo que tú ves a primera vista en su obra no es específicamente referido a lo cubano. Uno no tiene por qué ser encasillado, ‘éste es artista cubano,’ no tiene por qué ser así.”

[Gracia]: “El hecho es que no veo en tu obra nada que realmente te pueda identificar como cubano.”

[Vizcaíno]: “Exacto.”

[Gracia]: “Y sin embargo, hay un elemento causal.”

[Vizcaíno]: “Sí.”

[Gracia]: “Hay un elemento, hay una historia que va atrás, a Cuba, que va a la rebeldía en contra de lo que estaba pasando allí con respecto al arte. Todo eso está ahí, pero uno mira tu obra y no puede decir ‘Esto tiene que ver con Cuba.’ No es como la obra en que hay una isla de Cuba, o una balsa, o algún sufrimiento que se remita a la experiencia cubana.”

[Vizcaíno]: “No me interesa tanto ese sentido, el discurso corre o me interesa que corra más a través de transmitirle a alguien que respire un poco sensaciones culturales o de otro tipo de arte, o de otra cultura, de la cultura egipcia o la cultura europea. A lo mejor hay una mezcla de eso, y no tanto de sufrimiento.”

[Gracia]: “En relación a esto, ya que sacaste a relucir la trasmisión, ¿tú trabajas para ti o para otras personas?”

[Vizcaíno]: “Trabajo para mí, creo bastante, pero en última instancia para comunicarle a otras personas un mensaje.”

[Gracia]: “Pero el motivo es interno.”

[Vizcaíno]: “Exactamente.”

[Gracia]: “Una última pregunta, ya que estamos hablando de la audiencia: ¿Qué te parece el ambiente artístico de Miami?”

[Vizcaíno]: “Miami es una de las ciudades más pobres de EE.UU., donde el salario mínimo es de $6.25 por hora. Hay mucho robo por parte de alcaldes y políticos. A pesar de estos y otros problemas, Miami es una ciudad que se desarrolla rápidamente. El ambiente artístico y cultural es interesante, por parte de los artistas, hasta el punto de Art Basel venir a esta ciudad varios años consecutivos. Ahora pienso que debería mejorar y ampliarse la política cultural de los museos, de la galerías, de ciertos curadores. También algunos coleccionistas, no creen que en Miami hayan buenos artistas, pero se ha demostrado lo contrario; en Miami hay un gran pluralismo, hay un movimiento de artistas jóvenes, de diferentes nacionalidades que experimentan con cualquier medio, a lo mejor tratando de insertarse en el mercado global o buscando una identidad cultural. Hay un público que busca arte serio, que rete las convenciones, sí lo hay, y buenos coleccionistas, cada vez los hay más. Es una ciudad dividida o unida por grupos que dictaminan sobre la pintura de moda, o que artista va a ser una estrella. El artista a veces debe producir obras que refuercen estas instituciones. Y a la ves los museos, subsidiados por personas que dan dinero y por corporaciones, actúan en algunos casos no democráticamente. En Miami debería haber una alternativa clara al museo. Deberían surgir más espacios alternativos y galerías de corte no comercial. Nueva York tiene todo esto.

[Gracia]: “Y un pensamiento final?”

[Vizcaíno]: “La tecnología crea otra cultura nueva, otra forma de ver la realidad. La era posrelato ofrece también un inmenso menu de opciones artísticas y de ningún modo coarta al artista en el momento de elegir que le interesa. Hay artistas que, aparte de la tecnología, pueden conservar un espíritu crítico y conservar o respetar la realización de objetos bellos. Un ejemplo de esto es Phillip Guston, que hizo unas historietas políticas que para algunos eran demasiado pesadas. Pienso que hay que conservar la poética de lo efímero, recuperar el sabor, dejar que se vea el latir del corazón. Los medios de comunicación satisfacen a la audiencia, a la mayoría, y muchas veces solo vehiculizan la obscenidad o el espanto. Visiones de exceso de todo tipo. La tecnología con su sonidos, la luz y la velocidad de la imagen, no hacen otra cosa que abolir la naturaleza del arte, en beneficio de su comunicación.”

[Gracia]: “Bien, muchas gracias. Ha sido un gran placer.”

 

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